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Uzbekistán, oficialmente la República de Uzbekistán (en uzbeko: O‘zbekiston Respublikasi) es un país del Asia Central. Limita al noroeste y al norte con Kazajistán, al sur con Afganistán, al noreste con Kirguistán, al sureste con Tayikistán y al suroeste con Turkmenistán. En el corazón de la Ruta de la Seda, Uzbekistán destaca por antiguas ciudades como Samarcanda y Jiva. El mar de Aral, ubicado al norte del país, ha reducido su tamaño en las últimas décadas, destruyendo gran parte de los ecosistemas cercanos.

Comprender

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Ubicada en Asia Central, Uzbekistán es un país joven. Surgido tras el quiebre de la Unión Soviética, Uzbekistán declaró su independencia en septiembre de 1991 y ha llevado adelante un proceso de construcción de su identidad nacional en las últimas décadas. Sin embargo, esto no significa que Uzbekistán no posea historia: su ubicación estratégica lo convirtió en un paso obligado para las caravanas que comerciaron entre Europa y Asia a lo largo de la llamada de Ruta de la Seda durante el dominio mongol. Espléndidas ciudades como Samarcanda y Jiva surgieron para acoger a los comerciantes, que llenaron sus calles de elementos traídos de todos los rincones del mundo. La desintegración del imperio mongol y el surgimiento de rutas navales alternativas a partir del siglo XV disminuyeron el tráfico a través de las estepas de Asia Central, generando un declive en la importancia de la región.

Una familia uzbeka en Karakalpakia.

La mayor parte de la población (cerca de un 80%) es de la etnia uzbeka, un pueblo de origen mongol que adoptó una lengua túrquica similar al turco y el azerí. Los uzbekos habitan también en las zonas fronterizas de Afganistán y Tayikistán. Dentro de Uzbekistán, la segunda mayoría corresponde a los rusos étnicos; aunque durante la era soviética llegaron a formar cerca del 15% de la población, tras la disolución muchos emigraron a la Federación Rusa y ahora sólo representan el 5% de la población. La tercera minoría más importante del país (4,7%) corresponde personas de etnia coreana, fruto de la deportación de cerca de 200.00 coreanos soviéticos al país en la década de los años 30 del siglo XX[1]. Otras minorías importantes son los tayikos, kazajos y kirguises, además de los karakalpacos que viven al oeste del país. Más del 97% de la población de Uzbekistán es musulmana suní, aunque en general mucho más liberal que otros países cercanos producto de la influencia del ateísmo estatal de la Unión Soviética.

En la actualidad, Uzbekistán ha ido desarrollando progresivamente su economía tras la crisis post-soviética. Uzbekistán tiene grandes recursos naturales (especialmente, oro y gas natural) que ha permitido mejorar la calidad de vida de sus habitantes y ampliar las redes con el resto del mundo. El turismo, sin embargo, sigue siendo sumamente limitado. Los turistas que llegan a Uzbekistán lo visitan principalmente para conocer los restos arquitectónicos del pasado glorioso de la Ruta de la Seda y acercarse a la cultura uzbeca, aunque también existe un porcentaje importante de personas que llegan para realizar turismo aventura en las zonas montañosas del país.

Historia

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La región que hoy corresponde a Uzbekistán estuvo bajo influencia persa por varios siglos. A medida que la industria de la seda en China crecía, los persas abrieron nuevas rutas comerciales a lo largo de Uzbekistán para potenciar el traspaso de mercancías, para lo cual fundaron algunas ciudades como Samarcanda, Bujará y Jiva. Las regiones de Sogdiana y Bactria fueron sometidas temporalmente por los ejércitos helénicos de Alejandro Magno, para dar luego paso a algunos reinos de influencia griega que sobrevivieron aproximadamente hasta el siglo IV. El imperio parto y el sasánida, ambos de origen persa, conquistaron la región conocida como Transoxania, para luego dar paso a la dominación turca y árabe. La dominación árabe permitió una expansión de la cultura y la ciencia en la región, además del dominio del Islam que continúa hasta la fecha en la región.

Nuevas tribus impusieron su dominio en la región. Tras las dinastías de origen turco que conquistaron la zona (mamelucos y selyúcidas), se estableció un breve imperio en Jorasmia, al sur del mar de Aral, el cual fue superado por las tropas de Gengis Kan comienzos del siglo XIII. La invasión mongola estableció una hegemonía que duraría por siglos y que acrecentaría la turquificación de la región, ya que la mayoría de las tropas mongolas eran de origen turco. Tras la muerte de Gengis Kan y algunos sucesores, el Imperio mongol comenzó a fracturarse y Tamerlán logró imponer su dominio sobre la región del Asia Central hacia el año 1380. Tamerlán convocó a miles de artistas, artesanos, sabios y científicos de todos los rincones del imperio a Samarcanda, que se revitalizó y convirtió en un centro cultural de gran relevancia.

Mohammed Alim Khan, el último emir de Bujará en 1911.

La muerte de Tamerlán inició un período de caos que permitió la invasión de los uzbekos, nómadas del norte del mar de Aral. La caída de Constantinopla ante los otomanos obligó a Europa a buscar nuevas rutas comerciales con Oriente, lo que redujo la relevancia de Asia Central y el fin de la Ruta de la Seda. Esto, sumado al conflicto que tenían los reinos uzbekos de Bujará y Jorasmia con Irán, llevó al aislamiento y debilitamiento de la región. Hacia el siglo XVIII, los comerciantes rusos comenzaron a expandir la influencia de su imperio hacia Asia Central y las principales ciudades del actual Uzbekistán fueron conquistadas a mediados del siglo XIX.

Tras la revolución rusa, toda la región del Turquestán pasó a formar parte de la Unión Soviética y en 1924 fue creada la República Socialista Soviética de Uzbekistán. El gobierno soviético se mantendría en el poder hasta 1991, cuando la disolución de la unión llevó a la declaración de independencia. Islam Karimov, antiguo comunista, fue vencedor de las primeras elecciones realizadas en 1995 y se ha mantenido en el poder desde esa fecha. Aunque oficialmente existe una pluralidad de partidos, existe un fuerte dominio del Estado y las elecciones no cumplen con estándares democráticos.

Geografía

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Vista del mar de Aral en 1989 y 2008.
La meseta de Ustjurt, al oeste del país.
El valle de Bog-i Ston, cercano a Tashkent.

Uzbekistán se encuentra en el epicentro de la región de Asia Central, en una meseta entre los ríos Sir Daria y Amu Daria. Tiene una extensión de este a oeste de unos 1425 km y de norte a sur de 930 km, con una superficie que llega a los 447.900 km².

El país no tiene acceso al mar y la mayoría de sus ríos son de carácter endorreico (no desembocan en el mar). El terreno es eminentemente árido, con algunas regiones desérticas al norte y el oeste, incluyendo el desierto de Qizilqum. Con el fin de superar esta aridez y expandir los cultivos de algodón (el principal recurso económico), muchos ríos han sido desviados para ampliar la fertilidad de algunas zonas. Esto ha provocado un caos ecológico que ha expandido la desertificación de las zonas que ya no reciben la suficiente irrigación. Esto es muy pronunciado en la zona occidental del país, que corresponde a la región autónoma de Karakalpakia, donde el mar de Aral (alguna vez el segundo lago más grande del mundo) se ha secado completamente.

Al oriente del país, el terreno se vuelve montañoso, marcando el límite con las vecinas repúblicas de Kirguistán y Tayikistán. Entre esas montañas se encuentran fértiles valles, destacando el valle de Ferganá.

El clima de Uzbekistán es continental extremo. Si bien es posible visitar el país en cualquier momento del año, es recomendable realizarlo en primavera (marzo a principios de julio) o en el otoño (de septiembre a noviembre).

La temperatura media en invierno varía entre los 10°C y los -8°C. La primavera es hermosa y corta; después del Año Nuevo persa (el Nowruz), la temperatura sube rápidamente y a finales de abril ya se puede llevar la ropa de verano. En abril, la temperatura puede variar entre los 20°C y 25°C.

El verano en Uzbekistán es largo, seco y caluroso, con la temperatura oscilando desde los 35°C hasta los 45°C. El máximo calor suele alcanzarse en el período entre el 25 de junio y el 5 de agosto, que es conocido como chillya (canícula). En este período soplan vientos cálidos y secos, que sumados a la falta de precipitaciones, hacen que la temperatura llegue a los 45°C a la sombra, siendo en algunas regiones del país incluso más alta. Después de la chillya, el calor baja poco a poco y es cuando llega el tiempo más agradable, cuando de día todavía hace bastante calor, pero por la tarde y de noche ya se hace más fresco. El otoño en Uzbekistán es placentero, cálido y generoso. Hasta finales de noviembre la temperatura no desciende bajo los 10°C.

Regiones

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Mapa de Uzbekistán y sus regiones turísticas:      Región del Norte      Ruta de la Seda      Región del Sur      Región Central      Valle de Ferganá
Región del Norte
Fortaleza de Ayaz Kala, en Karakalpakia. Karakalpakia · Jiva

El norte de Uzbekistán se caracteriza por sus áridas llanuras, cubiertas en parte por el desierto de Qizilqum. La desaparición del mar de Aral ha convertido fértiles valles en secas planicies, y la ciudad fantasma de Moynoq y sus barcos enterrados permiten dimensionar el impacto ecológico sufrido. Al sur, se encuentra Jiva, la antigua capital de la región de Corasmia.

Ruta de la Seda
Detalle del Mausoleo de Bahaouddin Naqshbandi, en Bujará. Samarcanda · Bujará

El antiguo trazado que unía Europa con el Asia Oriental cruzaba Uzbekistán, dejando como legado magníficas ciudades. Samarcanda, la capital del imperio mongol de Tamerlán, destaca aún por sus minaretes azules y sus fantásticos artesanos. Un poco más al oeste, Bujará es un museo al aire libre, con más de 140 monumentos que forman parte del Patrimonio de la Humanidad.

Región del Sur
Ruinas del palacio de Tamerlán en Shahrisabz. Shahrisabz · Termez

Alejada de las antiguas rutas comerciales, el sur de Uzbekistán se caracteriza por zonas montañosas formadas por estribaciones menores de los montes Pamir. Parte de la antigua Bactria, en la actualidad es dominada por la etnia tayika, que habita en ciudades como Shahrisabz, lugar de nacimiento de Tamerlán y sede de varios de sus palacios.

Región Central
Vista de la moderna Tashkent. Tashkent

Aunque no tuvo gran desarrollo durante la era mongola, Tashkent se convirtió en un importante centro comercial a mediados del siglo XIX y comenzó su auge durante la dominación rusa. En la actual capital uzbeka, se mezclan madrasas y bazares con catedrales ortodoxas, edificios de estilo soviéticos y una creciente cantidad de construcciones modernas. Múltiples museos se pueden encontrar en la ciudad, además de espacios para la ópera y el ballet. Al norte se encuentra el centro de esquí de Chimgan.

Valle de Ferganá
Vista del Palacio de Kokand Ferganá · Kokand · Namangan

La región más fértil de Asia Central, es una región particularmente inestable en la que confluyen las etnias uzbekas, tayikas y kirguises a unos pocos kilómetros de distancia. Namangan, la segunda ciudad más grande del país, posee bellas madrasas, mientras Kokand es famosa por el palacio del kan que gobernó hasta 1876 gran parte del oriente de Asia Central.

Llegar

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Un pasaporte uzbeko con los timbres de ingreso y salida del país (en rojo).

Trámites de ingreso

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Antes de visitar Uzbekistán, asegúrese de contar con la documentación necesaria para ingresar al país. Ciudadanos de sólo 9 países cuentan con libre acceso sin visa por hasta 90 días: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Kazajistán, Kirguistán (60 días), Moldavia, Rusia y Ucrania. Para el resto de los ciudadanos, el trámite de ingreso es complejo, altamente burocrático e incluso algo caro, pero no imposible de resolver. Las reglas suelen cambiar de un momento a otro, por lo que es recomendable que consulte los detalles directamente con una agencia de viajes o con el mismo Ministerio de Relaciones Exteriores. Algunas agencias incluso pueden realizar por si mismas todo el trámite de visado en lugar de usted.

Inicialmente, debe solicitar su visa inicialmente a través del sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores. Una vez completado el formulario, debe acercarse a la embajada uzbeka más cercana. Es importante notar que Uzbekistán no cuenta con embajadas en América Latina, siendo las misiones más cercanas la embajada en Washington DC y el consulado en Nueva York; el país sí cuenta con varias embajadas en Europa, incluyendo una en Madrid. Junto con dos copias del formulario online, debe llevar dos fotografías recientes para pasaporte y fotocopia de su pasaporte completo (ver requerimientos en detalle aquí). Para la mayoría de los casos, es altamente recomendado (si no obligatorio) presentar una carta de invitación, la cual se puede obtener relativamente fácil a través de una agencia de viajes o al reservar en un hotel por más de tres días. A comienzos de 2015, los ciudadanos de Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Italia, Letonia, Japón, Malasia, el Reino Unido y Suiza no necesitaban presentar esta carta.

Los costos de la visa varían según el número de días de validez (aunque raramente se entregan por más de 30 días) y el número de posibles reingresos. Es posible obtener visas de tránsito por hasta 72 horas, pero es necesaria tener la visa de algún país vecino. Es también posible extender la visa una vez ya dentro de Uzbekistán, para lo cual se debe ir a la oficina destinada para ello en el aeropuerto de Tashkent. Usualmente la extensión no supera la semana, por lo que para estar más días, suele ser más expedito ir a algún país vecino (como Kazajistán o Kirguistán) y solicitar una nueva visa.

Es importante tener en cuenta que, una vez en Uzbekistán, se debe registrar ante las autoridades dentro de los primeros 3 días de estadía. Si está en un hotel reconocido, este trámite es muchas veces realizado por los encargados del recinto, pero si está en alguna casa, este trámite puede ser sumamente burocrático.

En avión

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Un avión de Uzbekistan Airlines, aterrizando en el aeropuerto de Domodedovo, Moscú.

Existen varios aeropuertos a lo largo de Uzbekistán, muchos de los cuales poseen servicios internacionales a varias localidades de Rusia (principalmente, Moscú y San Petersburgo). Sin embargo, lo más recomendado es llegar directamente al Aeropuerto Internacional de Tashkent (TAS), la principal puerta de entrada del país y la que recibe una mayor frecuencia y variedad de aerolíneas. Aunque el servicio es bastante lento y poco amigable, la infraestructura del aeropuerto es relativamente moderna y cómoda.

Uzbekistan Airlines, la línea aerea nacional, cuenta con servicios frecuentes a Tashkent desde varias ciudades de Europa (destacando Estambul, Frankfurt, Ginebra, Londres, Milán, París, Riga y Roma), Asia (Bangkok, Beijing, Delhi, Dubai, Seúl, Singapur y Tokio, entre otras), además de ciudades de la ex Unión Soviética (como Almaty, Astana, Baku, Bishkek, Kiev, Moscú o San Petersburgo) y del único vuelo a América, que llega a Nueva York. A ellos se suman servicios de otras líneas aereas internacionales que llegan a Tashkent desde sus principales hubs, como la rusa Aeroflot, las sudcoreanas Asiana y Korean Air, China Southern Airlines y la turca Turkish Airlines.

Tomando en consideración la frecuencia de vuelos y las rutas turísticas posibles, lo más recomendable es partir hacia Uzbekistán desde Moscú o alguna república soviética cercana.

En tren

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La estación de trenes de Tashkent, destino de los principales servicios ferroviarios nacionales e internacionales.

Una opción de ingresar a Uzbekistán es utilizando el servicio ferroviario que conecta Tashkent con varias localidades de Rusia y Kazajistán, llegando a Moscú. El tren 6 Uzbekistan sale cuatro veces a la semana (martes, miércoles, jueves y sábado a las 22:48), llegando a Tashkent a las 17:33 tres días después. Consulte respecto a la necesidad de contar con visas de ingreso múltiple a Rusia y Kazajistán para realizar este viaje. El tren cuenta con tres clases y los valores varían entre los 22 000 y 45 000.

Existen algunos servicios irregulares de trenes entre Almaty y Tashkent; pregunte en la estación de trenes de la ciudad al respecto. En algunos casos, es posible realizar el servicio desde Almaty hasta Arys y luego conectar con el tren que va a Uzbekistán.

En automóvil

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Existen varías rutas que conectan de forma terrestre Uzbekistán con sus vecinos. Desde Kazajistán, la más utilizada es la que une Shymkent con Tashkent; es posible viajar en bus o marshrutka (taxi compartido) desde Shymkent a la frontera por menos de $5 y de ahí, tomar un taxi al otro lado del paso fronterizo hasta la capital uzbeka por unos UZS6000. Este paso, abierto de 7:00 a 21:00, es bastante lento por lo que probablemente tomará varias horas en realizar los trámites de ingreso. Existe un paso alternativo, en la sección occidental del país, que permite conectar la región de Karakalpakia con Beyneu y el mar Caspio; este paso, tanto de autos como de trenes, es bastante poco utilizado debido a las largas distancias cruzando el desierto que involucra.

Desde Kirguistán, el paso es bastante más sencillo en el sector oriental. Las ciudades kirguisas de Osh y Jalal-Abad están a pocos kilómetros de la frontera, por lo que existen múltiples servicios de transporte urbano (buses, minibuses y taxis) que llevan a los pasos fronterizos. De allí, es conveniente cruzar el paso y tomar un taxi a la ciudad uzbeka de Andijan para continuar el recorrido por el resto del país. En caso de estar en la capital kirguisa, Bishkek, los buses cruzan a Kazajistán hasta llegar a Shymkent, donde se debe continuar las indicaciones explicadas anteriormente.

El Puente de la Amistad que permite cruzar a Uzbekistán desde Afganistán.

Por el sudeste, es posible ingresar desde Tayikistán. Desde Khojand, es posible llegar en buses o taxis compartidos hasta la ciudad de Bostan y de allí al paso de Oybek por menos de $10. Luego de cruzar el paso, es posible tomar servicios de buses o de marshrutka hasta Tashkent, que demoran menos de 90 minutos. Si está en Dushambe, lo más recomendado es viajar al norte hacia Penjikent, para luego cruzar la frontera y llegar a Samarcanda, por algunos pocos dólares. Otra alternativa es tomar un taxi desde Dushambe al paso de Denau, si es que su destino es la ciudad de Termiz, en la frontera sur.

Por último, es posible viajar a Termiz también desde Afganistán. El punto de inicio de la ruta suele ser Mazar e-Sharif, desde donde se puede tomar un taxi por unos 10 dólares hasta el Puente de la Amistad, que cruza el río Amur Darya y que sirve de frontera natural. Desde allí, el viaje a Termiz no supera los 20 minutos en un taxi compartido y cuesta unos UZS200. Sin embargo, tenga presente que el paso fronterizo con Afganistán suele estar cerrado por parte de Uzbekistán por motivos de seguridad, por lo que averigue respecto a la situación antes de planificar su viaje.

Desplazarse

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El Afrosiyob, tren de alta velocidad entre Tashkent y Samarcanda.

Uzbekistán cuenta con una amplia red de aeropuertos, siendo los más importante los de Tashkent (TAS), Samarcanda (SKD), Bujará (BHK), Navoy (NVI), Urgench (URG) y Ferganá (FEG). Uzbekistan Airlines cubre la mayoría de los trayectos entre la capital y los otros aeropuertos del país. Como siempre, el avión es el medio de transporte más rápido aunque también el más caro.

Más de 6020 km de vía férrea se encuentran distribuidos por todo el pais. El tren es una opción bastante económica para visitar las principales ciudades del pais y, al disponer de literas, es muy cómodo para viajar de noche a lo largo de los trayectos más largos. El viaje entre Tashkent y Samarcanda está cubierto por un servicio de alta velocidad inaugurado en 2011 y que permite viajar entre ambas ciudades en menos de dos horas. Sin embargo, para el resto de los destinos los tiempos no son tan favorables: un viaje desde la capital hacia Urgench al oriente (cerca de Jiva) puede tomar hasta 23 horas.

Algunos caminos en Uzbekistán suelen estar en malas condiciones, como muestra esta ruta hacia Bujará.

Si bien los buses son bastante menos cómodos que el tren, sus servicios son más extensos y llegan a todos los rincones del país. Complementando las líneas de buses, es muy común tomar servicios de taxis compartidos, llamados marshrutka, que llegan a varios pueblos o villas. Antes de tomar un marshrutka, debe negociar el precio con el conductor. Para evitar que el sobreprecio que reciba por ser turista no sea tan alto, averigue con anticipación los valores que normalmente pagan los locales; seguramente nunca podrá regatear hasta alcanzar ese valor, pero será mejor que el precio original que seguramente le ofrezcan. De ser posible, aproveche de tomar el asiento del copiloto, bastante más cómodo que los traseros, especialmente si viajará a través del desierto con temperaturas altísimas.

Las rutas en Uzbekistán, aunque han mejorado en el último tiempo, en muchos casos suelen ser una huella levemnente marcada y no en buenas condiciones, por lo que evite aventurarse usted mismo y aproveche la experiencia de los locales, ya sea con un guía de la zona o tomando los servicios de taxis.

Hablar

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El uzbeko es el idioma oficial del pais usado. Este idioma, perteneciente a la misma familia lingüística que el turco y el azerí, se escribe en la actualidad usando el alfabeto latino, aunque antiguamente se ha utilizado también la escritura árabe y la cirílica. El alfabeto latino fue reestablecido oficialmente en 1993, reemplazando el cirílico, de uso obligatorio durante la Union Soviética; sin embargo, recién en 2005 comenzó a enseñarse en las escuelas, por lo que aún hay muchos signos y letreros en cirílico.

El idioma ruso es entendido por gran parte de la población. Aunque tras la independencia su uso fue desaconsejado como forma de potenciar el idioma (y la identidad) nacional, en la actualidad sigue siendo utilizada como lengua culta, especialmente para uso científico y académico. También es utilizado como una forma de comunicación intercultural entre las diferentes etnias que habitan el país. El ruso es más común de oir en las principales ciudades y en algunos sectores de la zona norte, fronteriza con Kazajistán.

Debido al gran número de personas de etnia tayika, es posible escuchar normalmente su lengua (similar al persa o farsi) en las principales ciudades turísticas de Uzbekistán, como Samarcanda y Bujará. En Karakalpakia se habla el karakalpako, similar al kazajo. El uso del inglés es bajo, aunque creciente en algunos sectores turísticos.

Comprar

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Un billete de 5000 som.

La moneda oficial del país es el som uzbeko (UZS). La inflación ha sido un problema endémico del país y el gobierno evita reconocer dicha situación creando billetes y monedas de mayor denominación. Es común ver circular monedas de 25, 50 y 100, además de billetes de 200, 500, 1000 y 5000 som, por lo que prepárese a contar con grandes fajos de billetes durante su viaje.

A comienzos de 2015, la conversión de la moneda estaba a 2500 UZS por 1 dólar estadounidense, mientras en el mercado negro los valores pueden ser cerca de un 50% más favorable. Aunque es fácil encontrar lugares donde pueda cambiar, como los bazares o incluso en su propio hotel si consulta, tenga precaución: siempre está el peligro de ser descubierto o ser estafado al intentar cambiar. Si desea cambiar con seguridad, puede ir a oficinas del Banco Nacional u otros centros cambiarios, aunque recibirá el cambio a la poca conveniente tasa oficial. Debido a la situación cambiaria, lo más conveniente es ingresar al país con divisas extranjeras, especialmente dólares pero también rublos o euros. Al ingresar al país deberá declarar la cantidad de divisas ingresadas; mantenga una copia para asegurarse que, al salir, tenga menos divisas de las que entró y evitar algún problema con la aduana. También conserve la copia de cualquier operación cambiaria.

Una tienda de alfombras y tapices en Bujará.

Si bien existen varios cajeros automáticos, muchos no funcionan por falta de dinero, por lo que para evitar problemas es importante que traiga suficiente dinero en efectivo. Las tarjetas de crédito internacionales, como MasterCard y Visa, se aceptan en algunos pocas tiendas de la capital. Maneje una cantidad razonable de dólares en bajas denominaciones para pagar servicios como taxis, especialmente apenas llegue al país.

Dentro de los productos más extendidos que puede comprar como recuerdo de su visita a Uzbekistán destacan las alfombras, paños bordados, manteles, vestidos, gorros, telas de seda, orfebrería, alfarería e instrumentos musicales. En los bazares podrá encontrar alfombras hechas a mano o no, de lana o de seda, con colores naturales... ¡un sinfín de variedades! La tradición de las alfombras se remonta a la época de la Ruta de la Seda y es en Bujará donde probablemente encuentre la mayor variedad de productos. Al igual que en otros rincones de Asia Central, las especias y aromas son otro producto estrella de los bazares y que podrá comprar en su visita.

Uzbekistan es rico en minerales, entre ellos la plata y el oro, por lo que se pueden comprar una gran variedad de joyas, a veces con piedras preciosas o semipreciosas como el lapislázuli. ¡Tenga cuidado con las falsificaciones!

A parte de los bazares, existen múltiples tiendas en las principales ciudades, tanto especializadas en recuerdos como grandes almacenes con una enorme variedad de productos. También existen pequeños puestos repartidos por la ciudad. En Tashkent, la calle Khamza, detrás de la plaza Timur, está bordeada por puestos de todo tipo donde encontrará articulos de todo tipo.

El plov es el plato nacional de Uzbekistán.

La comida uzbeka es rica y variada, y en ella destaca el plov como plato central de dicha cocina. Similar a la paella valenciana, es un plato sencillo y tradicionalmente se cocina en unas sartenes grandes y profundas. El componente principal es el arroz, el que se acompaña de carne de ternera, pasas, zanahoria, cebolla, ajo y especias exóticas. Se vende también en la calle, cerca de los bazares y en otros lugares que se encuentran al pasear por las ciudades. Se acompaña siempre con una ensalada de tomates, cebolla y algunos condimentos como el hinojo, aliñándose únicamente con vinagre. Su popularidad se extiende a todas las clases utilizándose en bodas, banquetes y otro tipo de celebraciones.

El pan tambien es un alimento de gran significado para el pueblo uzbeko. Sobre él giran algunas leyendas y normas que lo convierten casi en un producto sagrado. Los panes (siendo el obi non el más representativo) son brillantes, circulares, crujientes y de un excelente sabor. Se hacen con harina de trigo, algunas especias y llevan semillas de sémola espolvoreadas por su superficie. Se cuece en unos hornos (tandyr) con forma de cono con un pequeño orificio en su parte de arriba, situándose el pan en las paredes interiores hasta que queda en su punto.

Otros platos destacados son:

  • Samsa: empanadillas de diferentes formas (redonda, cuadrada, triángula), hechas en masa de hojaldre y rellenas de carne, patatas, calabaza o verdura fresca de primavera, cocidas en tandyr.
  • Shurpa: sopa con carne de cordero y hortalizas.
  • Nahud: garbanzos grandes de Asia Central, guisados con carne de cordero.
  • Manty: empanadillas cocidas al vapor, de masa sin levadura y rellenas de carne picada o de calabaza, grasa de cordero y cebolla, además de especias tradicionales uzbekas: zira (comino) y pimienta negra

Beber y salir

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Casa de té en Kokand.

La bebida nacional es el té, del que se encuentran dos variedades: el negro y el verde. Ninguno de ellos se produce en Uzbekistán, pero su popularidad es tan grande que lo toman a todas horas. El té ayuda mucho a paliar la sed y la sensación de calor, especialmente duras durante las altas temperaturas del verano. Por otro lado, el vodka, el coñac y el champán son las más típicas dentro del grupo de licores.

Tashkent es la ciudad que mejor vida noctura ofrece de toda Asia Central. Es una ciudad cosmopolita y con gran variedad de entretenimiento. Hay muchos locales de vida nocturna repartidos por la ciudad, ofreciendo diferente tipo de entretenimiento o música. Los locales más famosos ofrecen música rusa y occidental. A los habitantes de la ciudad les gusta también el ocio y salir, especialmente en la temporada estival donde llenan las terrazas de cafés y restaurantes. Muchos de los locales de vida nocturna permanecen abiertos hasta bien entrada la madrugada.

Algo que sí hay que tener en cuenta es que el consumo de bebidas con más de 1,5% de alcohol en la calle, parques o lugares públicos está completamente prohibido. En 2012, entró una ley que regulaba el consumo de bebidas alcoholicas sólo a bares, pubs, restaurantes, cafés y casas privadas, quedando totalmente prohibido consumir en la vía pública.

Dormir

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En Uzbekistán hay una extensa y creciente red hotelera y de calidad. Al ser un país que se ha abierto al turismo internacional desde ya hace algunos años, la mayoría de los establecimientos son nuevos y con buenas instalaciones y se han ido instalando estratégicamente siguiendo la ruta turística de la seda. Reservar hoteles suele no presentar algún problema e incluso es posible ir sin reserva y buscar el hotel in situ, aunque deberá tener en consideración que esto le hará más difícil obtener la carta de invitación necesaria para ingresar al país.

En Tashkent, al ser la ciudad más requerida tanto por turistas como viajeros de negocios, sí es recomendable reservar el alojamiento con antelación, ya que de esta forma le puede salir más económico. En la capital, los precios de los hoteles no presentan mucha diferencia respecto a lo que encontraría en un hotel europeo. Una vez fuera de la capital, el precio de los alojamientos baja y la opción de evitar reservar con antelación y tener más libertad en el viaje aumenta.

Una alternativa interesante cuando recorra el interior del país es dormir en un campo de yurtas. Muchos de estos campos tienen además servicios turísticos en los alrededores, como safaris en camello, visitas a sitios arqueológicos, etc.

Seguridad

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El Registán, el sitio más emblemático de Samarcanda.

Los circuitos monumentales más típicos no plantean ningún problema y se puede pasear con tranquilidad por las calles de las ciudades, con las precauciones normales y típicas que tendría en cualquier otra ciudad de tamaño similar. Siga el sentido común y evite callejones oscuros, mantenga a la vista sus objetos de valor, no deje sin cuidado sus objetos personales, etc. En muchos casos, algunos locales podrán acercarse y ofrecerle guiarlos en la ciudad; en algunos casos se tratan de estudiantes que desean, por un lado, conocer más del extranjero y mejorar sus habilidades en el inglés y, por otro, ganar algunos dólares extras (unos $10 o $20 por día). Si está interesado, pregúntele sus intenciones, qué hace por la vida y qué quiere mostrarle. Si todo parece ser coherente, es una buena opción para conocer un poco más de las principales ciudades. Si hay algo que suena raro, evite continuar. Si lo hacen durante la noche y quiere llevarlo a recorrer la vida nocturna, deséchelo de inmediato.

El interior del país es enorme y tiene pocos servicios de calidad. Puede aventurarse sin problemas, aunque es recomendable contar con un guía local que lo pueda llevar sin perderse y que pueda reaccionar bien en caso de algún accidente o percance. Tenga precaución con las zonas fronterizas: el sector sur junto a Afganistán debiese evitarse lo más posible debido al conflicto bélico que continúa en dicho país, mientras ciertas zonas del valle de Ferganá se mantienen aun inestables, debido a varios conflictos interétnicos con Kirguistán y Tayikistán. Tenga en cuenta que todas las zonas de frontera con terceros países (excepto los puntos de tránsito) están limitadas para los extranjeros, que sólo pueden visitarlas con autorización de las autoridades uzbekas. También hay ciudades de acceso prohibido a los extranjeros de las que las autoridades uzbekas no facilitan el nombre, por lo que se recomienda al visitante autónomo consultar con las autoridades antes de meterse en zonas ajenas al circuito turístico habitual.

También hay que saber que mientras esté en Uzbekistán van a registrar su nombre en cada hotel que se aloje y le darán un certificado de dicho registro. Guárdelo pues pueden requerirlo cuando intente dejar el país. Lleve siempre una copia a color de su pasaporte (las hojas de identificación y la visa a Uzbekistán), pues puede ser requerido por la policía. Si los hoteles no disponen de caja fuerte, le aconsejamos llevar consigo los documentos, cosas de valor, tarjetas de banco y dinero.

Para viajar a este país no es necesario ninguna vacuna especial. Siempre se aconseja ir provistos de sobres de suero oral, medicamentos contra la diarrea y antibióticos fuertes para combatir cuadros víricos. Las enfermedades de estómago por las malas condiciones higiénicas pegan muy fuerte.

Uzbekistán es un país que tiene serios problemas medioambientales y gran parte del territorio está contaminado. Evite beber agua directamente del grifo. Beba agua embotellada y cerciórese que el precinto no se encuentre roto. Igualmente tenga precaución con los alimentos a ingerir, y prefiera aquellos que estén cocinados. Evite ensaladas que puedan haber sido lavado con agua del grifo. Haga lo mismo con las frutas o pélelas, en caso de ser posible.

Respetar

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Este país de mayoría musulmana es totalmente respetuoso con sus visitantes y hospitalario, pero los visitantes deben respetar las costumbres del país. El islam aglutina un importante número de tradiciones de la población y, aunque es una versión del islam mucho menos estricta que la de países vecinos, dichas normas se cumplen por lo que no hay que poner mala cara o hacer desprecio a las distintas prácticas o actos que veamos en nuestra estancia en el país.

Algunos ejemplos de costumbres y prácticas:

  • Es habitual terminadas las comidas que alguno de los comensales dirija unas palabras de agradecimiento a Alá en nombre de los presentes, o que al pasar por lugares sagrados, cementerios o procesiones funerales, se pase las palmas de las manos abiertas por el rostro, sin tocarse, en señal de respeto. Tampoco se come en ningún lado cerdo, aunque no existe la misma rigidez con el alcohol o el tabaco.
  • La familia es una institución social muy importante. En jerarquía están el padre, el abuelo, la madre y el primogénito, con ciertos derechos debidos a su posición. Mientras no se case el primogénito, no puede hacerlo ninguno de sus hermanos. El abuelo y la abuela siguen siendo personas de una gran autoridad dentro de la familia.
  • En la vida de un hombre hay dos momentos muy importantes: el día de la circuncisión y el día de su boda. Cualquiera de estos dos días se desarrolla lleno de un significado especial, considerándose una gran fiesta y celebrado con la familia mediante un lujoso banquete.
  • El pueblo uzbeko es muy hospitalario y amable con los extranjeros. Respetan sus costumbres y les gusta enseñarles las suyas. Son amantes de las tertulias alrededor de una mesa con té y de pasar las calurosas tardes de verano semitumbados en los sufás, una especie de gran cama de madera en cuyo centro se eleva una plataforma rectangular donde se sirve comida, té, o se colocan los nardi, un juego típico muy parecido al backgammon inglés al que son muy aficionados.
  • Uzbekistán aunque es un país de tradición musulmana no existe problema alguno con el tipo de vestimenta, siendo sólo necesario cumplir la norma de quitarse el calzado al entrar a las mezquitas abiertas al culto.

En este país hay muchos lugares pintorescos que se pueden fotografiar, pero hay que saber que está estrictamente prohibido sacar fotos en aeropuertos, objetos militares, lugares estratégicos, algunos lugares de culto religioso y en el metro de Tashkent. En muchos monumentos históricos y arquitectónicos del país hay que pagar por el derecho de hacer fotos. Igualmente pasa con las personas; no a todas les gustan que le hagan fotos, por lo que se pueden sentir molestas. Para evitar esto, casi siempre lo mejor es preguntar a la propia persona si se le puede fotografiar y así evitar futuros problemas.

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