Suiza, es un país ubicado en el centro de Europa, rodeado por Alemania, Austria, Liechtenstein, Italia y Francia. Rodeada de montes nevados y atravesada por llanuras y valles, Suiza presenta una variedad de paisajes que deleitan a los viajeros. Su población es también uno de sus grandes atractivos: en la pequeña Suiza confluyen múltiples comunidades idiomáticas y religiosas, convirtiendo al multiculturalismo y la tolerancia uno de los pilares de este país. El país está dividido en 26 cantones con gran autonomía y una identidad propia que se refleja en cada una de sus localidades.
Capital: BernaIdioma: Alemán, francés e italiano ▪ Superficie: 41 290 km² ▪ Población: 7 870 134 (2012)
Moneda: Franco suizo ▪ Huso horario: UTC+1 (UTC+2 en verano) ▪ Prefijo telefónico: +44
Vista de los Alpes Berneses

Comprender

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Vista del monte Cervino o Matterhorn, ubicado en los Alpes suizos y famoso por su forma piramidal.

Con uno de los más altos niveles de calidad de vida y desarrollo humano, Suiza presenta grandes atractivos turísticos. Es posible recorrer las principales ciudades a lo largo de su increíble red de ferrocarriles y así pasar en horas desde la moderna Zúrich a las calles medievales de Lucerna. Ginebra y Lausana, a las orillas del lago Lemán, son epicentros económicos y políticos de nivel mundial, mientras Basilea es famosa por sus museos. El campo suizo entrega imágenes imborrables de pequeñas localidades tranquilas y de un entorno natural envidiable. Suiza es más que chocolates, quesos y centros de esquí; es una invitación a recorrer cada rincón y sorprenderse con lo que esconde este país

Geografía

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Suiza es un país eminentemente montañoso, cuyas cordilleras se alinean en sentido suroeste-noreste. La principal de ellas, los Alpes, cruzan toda la zona sur del país, ocupando el 62,5% de la superficie suiza y llega a su punto máximo en el Monte Rosa (4.636 m). A lo largo de la frontera oeste con Francia se encuentra la cordillera del Jura, de menor altura que los Alpes. Entre ambas cadenas se encuentra el Mittelland, un corredor de llanuras que cruza el país y donde se ubican las principales ciudades de éste.

Múltiples lagos y ríos destacan en la superficie de Suiza, que forman parte en su mayoría de tres de las principales cuencas hidrográficas europeas: la del río Ródano (al suroeste del país), la del Rin (al norte) y la del Po (en el extremo sur). Dentro de los lagos, los tres más grandes son el Lemán, el de Constanza y el Mayor; los tres son compartidos con los países vecinos.

En gran parte de la llanura central suiza, el clima es templado de carácter continental. Las cuatro estaciones están perfectamente marcadas, con un verano seco y un invierno frío y lluvioso. Las nevazones son habituales durante el invierno, especialmente en las zonas alpinas. Esto permite que en el Mittelland sea posible la ganadería y la agricultura, principalmente de cereales como el trigo, el centeno y la cebada. En las zonas más interiores es posible encontrar una fauna más diversa, incluyendo osos pardos, lobos, venados y cabras alpinas, entre otros.

Contexto

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Vista del centro histórico de Zúrich, la principal ciudad de Suiza.

Más de 150.000 años de antigüedad tienen los vestigios más tempranos de la presencia humana en Suiza, pero recién entraron en la historia universal tras la victoria de Julio César sobre las tribus helvecias en el 58 a. C. y que permitiría incorporar el territorio al Imperio romano. Tras la caída del Imperio, Suiza fue dividida por diversos estados feudales hasta volver a ser unificada bajo el Sacro Imperio Romano Germánico hacia el siglo XI.

En 1921, se realizó una alianza entre tres comunidades rurales de los valles centrales de los Alpes. La Carta Federal firmada por Uri, Schwyz y Unterwalden daría origen a la primera Confederación Suiza. En los años posteriores, se unieron a dicho acuerdo los cantones de Glaris y Zug, además de las ciudades-estado de Lucerna, Zúrich y Berna. Tras la Guerra Suaba de 1499, los cantones obtuvieron una independencia de facto del Sacro Imperio y que sería reconocida oficialmente en 1648. La Antigua Confederación continuó su expansión cubriendo gran parte del territorio entre el Rin y los Alpes. La Reforma Protestante (liderada en Suiza por Ulrico Zuinglio) acrecentaría las diferencias entre los cantones y provocaría diversas guerras internas entre católicos y protestantes.

A fines del siglo XVIII, los conflictos generados por la Revolución francesa y el ascenso de Napoleón afectaron a Suiza. Los cantones fueron abolidos, pero la nueva República Helvética fue resistida por los suizos. Napoleón finalmente restaura la autonomía de los cantones en el Acta de Mediación de 1812. Tres años después, los territorios de Ginebra, el Valais y Neuchâtel son incorporados y en 1848 se reorganiza el territorio dando origen a la actual Confederación Suiza. Los cantones entran en un nuevo modelo federal con un grado de centralismo, haciendo de Berna la capital de facto, pero cada cantón mantiene su autonomía.

Suiza estableció una condición de neutralidad y tolerancia que permitiera la convivencia de cantones muy disímiles tanto por religión (católicos y protestantes) como por idioma (germanos, franceses, italianos y romanches). Este principio permitió que Suiza se convirtiera también en refugio de perseguidos y no fuera involucrada directamente durante las dos Guerras Mundiales ni que se incorporara a la Unión Europea. Con el ascenso del multilateralismo internacional, diversas instituciones como la Organización de las Naciones Unidas, la Cruz Roja o el Comité Olímpico Internacional se establecieron en Suiza.

Gobierno

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El domo del Palacio Federal, en Berna, con los cantones que forman la Confederación. Jura, el último cantón en ser creado, debió incluirse fuera del vitral.
En Suiza es común ver carteles políticos para el próximo plebiscito. Sin embargo, menos del 50% de los ciudadanos suele votar en estos referendos.

Suiza es un Estado federal, compuesto por 26 cantones. Su organización está basada en la Constitución promulgada en 1848 y que ha sido modificada sucesivas veces, estableciendo una separación de poderes como una república tradicional. Sin embargo, el Poder Ejecutivo tiene varias diferencias respecto a lo que ocurre en la mayoría de los países: existe un Consejo Federal de 7 miembros que duran 4 años cada uno y que actúa como Jefe de Estado de forma colectiva. No existe un “Presidente” de Suiza, existiendo únicamente un Presidente del Consejo rotativo y sin poderes adicionales respecto a los otros consejeros.

El Consejo Federal está a cargo de las políticas nacionales, la administración federal y otras materias como las Fuerzas Armadas y las relaciones internacionales. Los cantones, en tanto, poseen su propia constitución, legislatura y cortes, quedando a cargo de la educación y la salud, por ejemplo. Aunque cada cantón tiene los mismos poderes, algunos tienen una representación diferente al resto en el Consejo de los Estados, la cámara alta del parlamento nacional: mientras cada cantón posee 2 senadores, los cantones de Appenzell Innerrhoden y Ausserrhoden, Basilea-Campiñea y Basilea-Ciudad y de Nidwalden y Obwalden tienen sólo uno.

Los cantones suizos son los siguientes:

Argovia (Aargau)AG NidwaldenNW
Appenzell InnerrhodenAI ObwaldenOW
Appenzell AusserrhodenAR San Galo (Sankt Gallen)SG
Basilea-Campiña (Basel-Landschaft)BL SchaffhausenSH
Basilea-Ciudad (Basel-Stadt)BS SolothurnSO
Berna (Bern, Berne)BE SchwyzSZ
Friburgo (Fribourg)FR ThurgauTG
Ginebra (Genève)GE Tesino (Ticino)TI
Glaris (Glarus)GL UriUR
Grisones (Graubünden, Grigioni, Grischun)GR VaudVD
JuraJU Valais (Valais, Wallis)VS
Lucerna (Luzern)LU ZugZG
NeuchâtelNE Zürich (Zürich)ZH

Aunque usualmente se habla de que en Suiza existen mecanismos de democracia directa con asambleas abiertas para tomar decisiones colectivas, estas funcionan únicamente de nivel local y sólo 2 cantones mantienen dicha tradición. Sin embargo, existe una larga tradición de participar en referendos para aprobar propuestas, siendo común la realización de dos o tres plebiscitos por año para decidir en diferentes materias.

Regiones

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Mapa de Suiza y sus regiones turísticas:      Lago Lemán      Montañas del Jura      Llanos del Rín      Mittelland      Zúrich y alrededores      Noreste      Suiza interior      Alpes berneses      Valais      Tesino      Grisonia
Lago Lemán
Vista de los viñedos sobre el lago Lemán, cerca de Lausana Ginebra · Lausana · Montreaux · Vevey · Yverdon-Les-Bains

En las costas del lago Lemán, surgen dos de las ciudades más bellas de toda Suiza. En Ginebra, hogar de los perseguidos, uno puede sentir la historia en sus calles. Lausana se yergue sobre las colinas y se alza como la “Capital Olímpica”. En los alrededores puede visitar el fantástico Castillo de Chillon o internarse y conocer poblados menores como Palézieux o las termas de Yverdon-Les-Bains.

Montañas del Jura
Iglesia de Neuchâtel Delémont · La Chaux-de-Fonds · Neuchâtel

En las colinas y montañas del Jura, es posible encontrar encantadores pueblos de pequeño tamaño entre los densos y profundos bosques que cubren la zona. Recorra el valle de los relojes en Le Locle y La Chaux-de-Fonds donde están las principales industrias de relojería. Conozca el centro medieval de Neuchätel y de Delémont y comparta con los habitantes de esta parte de la Suiza francoparlante.

Llanos del Rín
Catedral protestante de Basilea Basilea · Aarau · Baden · Rheinfelden

Cerca del límite con Alemania está la zona industrial de Suiza, pero no por eso con menos destinos que conocer. Basilea, atravesada por el Rin, es una de las ciudades más atractivas del país y sus múltiples galerías y museos serán la delicia de los fanáticos del arte. Cerca de allí están las ruinas romanas de Augusta Raurica y, en el cercano cantón de Argovia, puede visitar las fuentes termales de Baden.

Mittelland
El famoso Zytglogge, el reloj de Berna. Berna · Biel · Friburgo · Gruyères · Solothurn

Pese a ser menos conocida que otras ciudades más populares, Berna es una de las más encantadoras del país. Recorra las calles de origen medieval y observe los osos que son el símbolo de la capital. En las colinas de Friburgo puede encontrar el poblado de Gruyères, famoso por su queso, y la fábrica de chocolates de Broc.

Zúrich y alrededores
Ayuntamiento de Winterthur Zúrich · Winterthur · Zug

Zúrich es la ciudad más grande del país y es conocida internacionalmente como una de las de mejor calidad de vida del planeta. Puede recorrer sus calles junto a edificios patrimoniales que albergan ahora tiendas de lujo. En los alrededores, Winterthur se abre paso como un interesante destino cultural y de entretenimiento.

Noroeste
Colinas en Freudenberg, cerca de San Galo. San Galo · Schaffhausen

Uno de los sectores más tradicionales del país y dedicado principalmente a la agricultura y ganadería. Dentro de los principales atractivos está la Abadía de San Galo, la cual dominó gran parte de la zona durante siglos. Existen también varios centros de esquí que pueden visitarse, además de servir como punto de entrada para la cercana Liechtenstein.

Suiza interior
El puente de Lucerna Lucerna · Andermatt · Brunnen · Pfäffikon · Schwyz · Stans

El corazón del país, formado por los cantones originales que dieron vida a la Confederación. Lucerna, con sus callejuelas medievales y su famoso puente, quita el aliento de los visitantes pero hay más que eso en los alrededores. Cada cantón tiene una infinidad de pueblos pequeños que cautivan y encantan con su vida sencilla.

Alpes berneses
Tren del Wengernalp Interlaken · Grindenwald · Gstaad · Spiez · Thun

El cantón de Berna, el más grande, se interna en los Alpes y en él, las praderas se convierten en metros en escarpadas montañas, cubiertas de nieve y, como en todo Suiza, centros de esquí. Interlaken es la capital del turismo en la zona y de allí es fácil organizar expediciones al Jungfrau y otras montañas.

Valais
Un teleférico hacia el Zermatt Brig · Sion · Verbier · Visp · Zermatt

Los valles del Valais fueron por siglos paso obligado para comunicar ambos lados de los Alpes y el contacto de culturas se refleja aún en la bilingualidad existente. Brig y Sion son los puntos de partida para vivir las montañas a fondo; de allí se puede saltar a los centros invernales de Verbier y Zermatt, y de este último al punto más icónico del país, el monte Cervino/Matterhorn.

Tesino
Vista de Lugano y su lago homónimo. Ascona · Bellinzona · Locarno · Lugano

Para estándares suizos, el centro de la Suiza ítaloparlante es “tropical”. El sol predomina, a diferencia del resto del país, en las tierras del Tesino y Lugano parece un Río de Janeiro en los Alpes. De allí puede saltar a las cercanas Ascona y Locarno, que pese a su pequeño tamaño, poseen un gran atractivo que dan origen al término de la «Riviera Suiza».

Grisonia
Vista de St. Moritz Coira · Davos · St. Moritz

Por ser el cantón más remoto, la Grisonia mantiene una cultura más autóctona que en el resto del país; por ejemplo, es el único lugar donde aún se habla el romanche. El turismo invernal es predominante, al igual que en los cantones vecinos, pero hay mucho más que descubrir entre las cumbres alpinas: antiguos pueblos olvidados, panoramas deslumbrantes y espacio para deportes de aventura, entre otros.

Llegar

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Requisitos de ingreso

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¡Bienvenido a Suiza!

Suiza es parte del Acuerdo de Schengen, por lo que tiene los mismos requisitos de ingreso que parte importante de Europa. No existen controles fronterizos terrestres en Suiza (excepto algunos controles de aduana que son excepcionales) y vuelos entre países firmantes de Schengen son tratados como vuelos nacionales. La visa de ingreso a Suiza es válida también para recorrer otros países firmantes y viceversa.

Los poseedores de un pasaporte de uno de los países miembros del Acuerdo de Schengen no requieren visa y tienen libertad de estadía. Ciertos países tienen acuerdo para ingresar sin visa por un máximo de 90 días en un período total de 180 días, contando desde que se ingresa a la zona Schengen y se sale de ésta. Puede revisar en detalle los países indicados en el artículo respectivo.

Vía aérea

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Un avión de Swiss despegando desde el Aeropuerto Internacional de Zúrich.

Existen tres aeropuertos de importancia que sirven a los destinos de Suiza: el Aeropuerto Internacional de Zúrich (ZRH), el Internacional de Ginebra (GVA) y el EuroAeropuerto de Basilea (BSL-MLH). Los tres cubren una gran red de rutas hacia las principales ciudades de Europa y del norte de África y que permiten interconectar con vuelos al resto del mundo. Swiss, la aerolínea nacional, ofrece destinos principalmente desde ZRH a varias partes del mundo incluyendo Bangkok, Chicago, Dar es Salaam, Hong Kong, Mumbai, Pekín, Nueva York, São Paulo, Shanghai y Tokio, entre otras.

Vía marítima

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Si bien Suiza no tiene mar, existen algunas opciones para llegar allí navegando. Suiza comparte tres lagos con sus tres principales vecinos, por lo que es posible ingresar allí utilizando botes o ferries. Existe un servicio de ferry entre Friedrichshafen (Alemania) que cruza en 45 minutos el lago Constanza y diversos botes que recorren el lago de Lugano. Sin embargo, ninguno de estos servicios son realmente relevantes para ingresar al país. En teoría, Basilea está conectada con el océano a lo largo del río Rin, pero es únicamente utilizado por barcos mercantes y no existen servicios para pasajeros.

Vía terrestre

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La forma más sencilla de llegar a Suiza si viene de algún país cercano es por vía terrestre. Puede visitar Suiza con su propio auto (o uno alquilado) desde los países fronterizos sin problemas, pero debe tener en consideración que los pasos fronterizos pueden tener demoras; si bien no existe control del paso de personas, sí existe de mercancías (ya que Suiza no forma parte del acuerdo aduanero de la Unión Europea) por lo que probablemente sea revisado. Aunque la revisión suele ser rápida, puede generar demora en puntos críticos como los túneles bajo los Alpes desde Italia. Parte importante de las grandes carreteras requieren el uso de un sticker (vignette) como pago de peaje; cuestan Fr.40, duran hasta el 31 de enero del año siguiente y puede adquirirlos en estaciones de servicios, oficinas de correos, controles aduaneros y en línea. Puede averiguar más aquí.

Un TGV Lyria de París a Berna cruzando la frontera franco-suiza.

Si quiere evitarse estos problemas (¡y la dificultad de encontrar estacionamientos en las grandes ciudades!) puede utilizar el principal transporte de los suizos: el tren. La empresa de trenes suizos SBB/CFF tiene una amplia red ferroviaria que está interconectada con la de sus países vecinos. Puede llegar prácticamente desde cualquier ciudad europea a alguna suiza utilizando las conexiones correctas. Las principales rutas para considerar son las siguientes:

  • El TGV Lyria conecta con Francia usando trenes de alta velocidad. Los destinos y tiempos estimados desde París son: Ginebra (3:05), Lausana vía Dijon (3:45), Berna vía Dijon (4:45), Basilea (3:03) y Zúrich (4:03) vía Mulhouse.
  • Conexiones cada hora con Milán vía Brig-Domodossola y de allí al resto de Italia.
  • Trenes ICE de alta velocidad desde Zúrich a varias ciudades de Alemania (Karlsruhe, Mannheim y Frankfurt cada hora; Stuttgart y Múnich con frecuencias más largas).
  • Trenes nocturnos desde diversas ciudades europeas, catalogadas como EuroNight (EN) y CityNightLine (CNL), con destino a Basilea, Ginebra, Zúrich y (en algunas ocasiones) Lausana.

¡Ojo! Intente comprar los pasajes desde la empresa ferroviaria desde el país en que parte. Si bien puede comprar en línea los tickets en la SBB/CFF, en algunos trayectos internacionales ésta no entrega tickets en línea y exige que sean enviados a una dirección postal o retirados en una oficina... que está en territorio suizo.

Existen algunos servicios de buses como EuroLines que llegan a diversos destinos en Europa, además de algunos dirigidos especialmente a la comunidad bosnia, pero no son tan populares ni sencillos como el servicio de trenes.

Desplazarse

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Desplazarse

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Recorrer Suiza en tren es también una oportunidad de apreciar sus paisajes, especialmente en sus recorridos turísticos por los Alpes.

En Suiza, el tren es sinónimo de transporte. Todos lo usan, del más rico al más pobre, y de una esquina a otra del país. Con una enorme red de ferrocarriles que conectan todas las ciudades y los principales poblados, una frecuencia envidiable y una puntualidad asombrosa, el sistema de trenes suizos es una grata experiencia y muy útil para poder recorrer el país de lado a lado.

Existen diversas empresas locales de ferrocarriles (que administran los servicios regionales entre uno o dos cantones), pero todos ellos están asociados en la empresa nacional SBB CFF FFS (cada sigla representa el nombre en alemán, francés e italiano). En su sitio web, puede revisar todos los servicios, horarios y tarifas y realizar compras en línea. La gran puntualidad del sistema permite que el turista pueda planificar al detalle sus recorridos y maximizar el tiempo; ya que muchas localidades que valen la pena visitar son pequeñas y bastan con un par de horas para recorrer, usted puede aprovechar el servicio de trenes y recorrer varias en un mismo día fácilmente. Los servicios son fáciles de identificar por sus letras: R son regionales que suelen conectar pueblos pequeños con la ciudad principal del área, los RE (RegioExpress) son similares aunque un poco más veloces y entre dos ciudades importantes, los IR permiten conectar dos o tres cantones, mientras los IC/ICN suelen tomar las grandes distancias entre los principales polos urbanos del país.

Un CarPostal cruzando frente al Grindelwald.

Para localidades más pequeñas, existen servicios de buses que funcionan tan regulares como los trenes; son icónicos los buses amarillos PostBus/CarPostal operados por el servicio de correos suizo. En las principales ciudades hay servicios de buses y tranvías. Aunque puede comprar pasajes individuales o pases diarios para los servicios metropolitanos o de PostBus, también puede comprarlos junto a los pasajes de la SBB y están incorporados muchas veces en los pasajes o pases diarios que ésta vende.

El transporte, al igual que casi todo en Suiza, es caro por lo que es recomendable siempre buscar las mejores alternativas en las estaciones ferroviarias o en el sitio web de la SBB. Los suizos suelen tener tarjetas con importantes descuentos o abonos por largos períodos de tiempo; si bien son muy útiles, no son convenientes para una estadía de turismo, por lo que debe buscar algunas opciones especiales para turistas. La mejor opción suele ser el SwissPass que entrega opciones ilimitadas de viaje en todos los servicios de buses, trenes comunes, ferries y tranvías del país (ver mapa), además de descuentos en museos y algunos ferrocarriles turísticos. Los precios varían según comodidad, período, flexibilidad y edad del pasajero: el SwissPass en segunda clase por 4 días consecutivos cuesta Fr.272 para adultos, Fr.204 para jóvenes de 16 a 26 años y Fr.136 para niños de 6 a 15.

Si tiene suficiente dinero, puede subirse a uno de los ferrocarriles turísticos que recorren el país y que se concentran principalmente en el sector de los Alpes. El Glacier Express que va de St. Moritz a Zermatt cruzando en 8 horas los Alpes es una de las experiencias más sobrecogedoras que puede aprovechar en el país, al igual que en el Bernina Express que va de Davos y Chur a Tirano. En tren también puede “escalar”: desde Interlaken hasta el Jungfraujoch (3450 msnm) en dos horas o hasta el Gornergrat desde Zermatt. La ruta hacia el Monte Pilatos en Lucerna es considerada la más empinada del planeta. Estos recorridos están por fuera del sistema de transporte público y son cobrados por separado, pero en algunos casos puede tener descuentos si tiene el SwissPass.

En coche

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Suiza también tiene un sistema de autopistas y carreteras que permiten moverse más fácilmente y sin las restricciones que puede poner un sistema de transporte público. Pero, entre lo caro del combustible, la dificultad de encontrar estacionamientos y la exigencia de tener vignette para usar las autopistas, es poco recomendable frente al sistema público de transporte.

Hablar

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La distribución geográfica de los cuatro idiomas nacionales suizos.

Si hay algo que probablemente caracterice a Suiza y que la diferencia de sus vecinos es su diversidad idiomática. Producto de su nacimiento como una confederación de cantones diversos, en Suiza cohabitan cuatro idiomas:

  • El alemán es el idioma nativo del 64% de la población, concentrándose en los cantones del norte, centro y oriente. Sin embargo, el dialecto suizo es muy particular; si bien formalmente escriben en el alemán estándar, en el día a día usan modismos y pronunciaciones que en muchos casos lo hacen inintelegible para un alemán nativo.
  • El francés es hablado en la zona oriental del país, por cerca de un 21% de la población. Los cantones de Ginebra, Vaud, Neuchâtel y del Jura lo tienen de idioma oficial, además de gran parte de Friburgo, el oeste de Valais y el Jura bernés (noroeste de dicho cantón).
  • El italiano está concentrado en el cantón del Tesino y algunos valles de Grisones, con menos del 7% del total de los suizos.
  • El romanche o retrorromano es el único idioma propio de Suiza, hablado por menos del 0,5% de su población. Únicamente algunas localidades de Grisones hablan este idioma.

La Constitución suiza establece a estos cuatro idiomas como nacionales, aunque sólo los tres primeros tienen el mismo nivel jurídico como oficial. El romanche se utiliza únicamente en las relaciones oficiales entre el Estado y los hablantes de dicho idioma, mientras los otros tres están presentes en todas las actividades del Estado nacional. A nivel cantonal, cada estado tiene su idioma oficial lo que se ve reflejado, por ejemplo, en las señaléticas de tránsito. Berna, Friburgo y Valais son oficialmente bilingües y Grisones es trilingüe.

Pese a esta confusión, no se preocupe. Gran parte de la población habla inglés con bastante fluidez y existe suficiente señalización en dicho idioma. Los trenes locales suelen incluir avisos en inglés, además de los idiomas oficiales de la región; en el caso de los trenes de larga distancia, los avisos están en los tres idiomas oficiales y en inglés. Existe una importante comunidad de hablantes de español, considerando a inmigrantes y suizos que lo aprendieron.

Dormir

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Un hotel en Zermatt de noche.

Casi todas las ciudades y zonas turísticas cuentan con una oficina de turismo desde donde se puede reservar un hotel. La mayoría de los hoteles tienen un buen servicio y usualmente saben hablar inglés si es que no se maneja con los idiomas locales.

Como en casi toda Europa, Suiza ofrece un amplio rango de posibilidades respecto al alojamiento, desde fastuosos hoteles y centros de esquí hasta hostales más sencillos. Sin embargo, debe considerar que los precios en Suiza están entre los más altos del continente, incluso para los hoteles de más bajo rango. Algunos precios de referencia son los siguientes:

  • Hostel: desde Fr.30 cada noche por persona.
  • Hotel de 2 estrellas: desde Fr.80 cada noche por persona.
  • Hotel de 3 estrellas: desde Fr.120 cada noche por persona.
  • Hotel de 4 estrellas: desde Fr.180 cada noche por persona.
  • Hotel de 5 estrellas: desde Fr.350 cada noche por persona.

Fuera de los clásicos sitios de alojamiento, puede encontrar una guía completa de hoteles en swisshotels.com, los cuales son certificados regularmente por la Asociación Suiza de Hoteles. Si busca hostales o residenciales juveniles, Swiss Youth Hostels tiene una guía de diversas opciones más económicas para alojarse. Si busca hospedaje para grupos, puede buscar en groups.ch.

Comer y beber

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Una selección de productos suizos, como frutas, verduras, quesos, jamones y otros.

En Suiza hay una gran variedad de locales para comer. Puede encontrar fácilmente restaurantes de gran prestigio en las principales ciudades y las principales cadenas internacionales de comida rápida en el centro de las ciudades y las estaciones de trenes. Pero, como todo en Suiza, la comida es cara. Suiza es, por ejemplo, el país con el más alto valor del famoso índice Big Mac, con un costo estimado de Fr.6,5 en 2012. En las grandes estaciones de trenes es posible encontrar locales de comida al paso más baratos, como sándwiches.

La gastronomía suiza es algo variada, con una variedad de sabores que provienen de las diferentes zonas culturales del país. En general, la comida es bastante calórica, incluyendo carnes, cecinas, quesos, papas y otros productos. El queso debe ser el producto con el que más se suele identificar al país (junto al chocolate) y varios platos se preparan en base a esto. La fondue es el más conocido, en el que se sumergen alimentos (desde pan a carne) con un pincho en una olla con queso fundido y que destaca como un plato comunitario; un plato similar es la raclette. El rösti es un plato popular del lado suizo-alemán y consiste en una tortilla frita de papas, pensada originalmente como desayuno para los agricultores de los Alpes y que hoy suele servir como acompañamiento de carnes y verduras.

Dentro de las bebidas no alcohólicas la más común es el jugo de manzanas. Rivella es una gasesosa producida en base de lactosa, originaria de Suiza y muy popular allí, mientras Ovomaltine es popular entre los jóvenes. Similar a sus países cercanos, en Suiza las bebidas alcohólicas más comunes son la cerveza y el vino (producido principalmente en los valles del Valais, el Vaud y el Tesino). Para adquirirlos, es necesario ser mayor de 16 años de edad, mientras que para licores es necesario tener más de 18. La absenta es originaria de Suiza y estuvo prohibida hasta 2005 cuando fue cambiada la Constitución para ello, lo que ha motivado a la aparición nuevamente de diversas fábricas artesanales.

Comprar

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Una pequeña muestra de los famosos chocolates suizos.
El queso emmental es famoso por sus agujeros.
Una de las navajas Victorinox más comunes.

Suiza es caro, probablemente uno de los países más caros del mundo, lo que usted notará cada vez que intente adquirir algo. La moneda nacional, a diferencia de todos sus países vecinos, es el franco suizo (Fr., SFr. o CHF). La mayoría de las tiendas y maquinas expendedoras suelen aceptar también billetes de euros (y a veces, también monedas) y considerarlos a la tasa oficial de cambio. Pese a ello, es recomendable que siempre lleve algo de efectivo en francos. Puede cambiar en los bancos y en las estaciones de ferrocarriles. Aunque las tarjetas de crédito son ampliamente aceptadas, la gente suele preferir el efectivo; para evitar problemas, consulte previamente si puede pagar con tarjetas.

Existen cuatro productos que son clásicos suizos y que son obligatorios que usted considere si es que visita las tierras de Guillermo Tell:

  • Chocolate: Si bien el cacao con el que se produce el chocolate es nativo de Centroamérica, la producción de éste se ha perfeccionado en los valles suizos. Fue aquí donde nació el chocolate con leche en 1870 y el chocolate blanco en los años 1930. Siendo el país con mayor consumo per cápita del mundo, es fácil encontrar chocolaterías que poseen una maravillosa variedad de productos; incluso, los de más bajo valor en venta en supermercados suelen ser de buena calidad comparados con los que podría encontrar en otro país. Las marcas más famosas son Toblerone, Lindt, Cailler y Frey.
  • Quesos: Más de 450 variedades de quesos suizos son producidas para satisfacer el consumo interno (al ser uno de los productos centrales de su dieta) como para exportar. El que usualmente se vende como «queso suizo» es el emmental, proveniente del valle de Emmen en Berna, y que se caracteriza por sus agujeros y su sabor suave. Otro queso famoso es el gruyer, originario de la ciudad de Gruyère, donde aún es posible visitar las fábricas tradicionales.
  • Navajas: En un símbolo de Suiza se han convertido las navajas que posee el Ejército del país. Compuestas por un cuchillo principal y una serie de herramientas más (como destornilladores, tijera, lima y abrebotellas) que se guardan en el mango, son famosas por su resistencia, su utilidad y portabilidad. Existen dos marcas oficiales, Victorinox y Wenger, aunque la primera adquirió a la segunda hace algunos años. Es fácil encontrar en las grandes ciudades armerías donde encuentre toda una infinita colección de cuchillos y navajas con características que se amoldan a todas las necesidades, aunque las versiones más populares probablemente estén disponibles en cualquier tienda que se precie de tal. Los precios suelen ser estándar en todas las tiendas, por lo que no tiene mucho sentido buscar opciones más baratas.
  • Relojes: Suiza es famosa por ser el centro de la industria mundial de la relojería, especialmente aquella de lujo. Aunque ha perdido terreno frente a los avances electrónicos, marcas como Rolex, TAG Heuer o Tissot siguen siendo emblemas de la industria y signos de elegancia. Swatch, por otro lado, está abierto mucho más a la moda y tiene opciones en un rango más amplio. La zona del Jura y Neuchâtel concentra las principales fábricas de relojes, aunque todas las ciudades tendrán locales donde puede comprar un regalo que más de alguien apreciará cuando vuelva a su hogar.

Seguridad

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Es dificil tener problemas en Suiza. La mayoría de sus ciudades son pequeñas (Zúrich, la más grande, ni siquiera llega a los 400.000 habitantes), espaciosas y la criminalidad es bajísima. No es difícil encontrar historias de turistas asombrados al recuperar algún elemento valioso que dejó abandonado en lugares públicos como un tren. Sin embargo, nunca está demás estar atento, en especial en los lugares más concurridos.

La policía juega un rol bastante menor, prefiriendo mantenerse en segundo plano y así evitar interferir en el normal desarrollo de las actividades. Pero no es difícil encontrar alguno si lo necesita... y tampoco si es que usted viola alguna norma como, por ejemplo, las de tránsito. Si necesita ayuda, acérquese a un policía, llame al 117 o solicite ayuda a alguna persona cercana. A diferencia de otros países desarrollados, en Suiza se ha reforzado el concepto de ayudar al ciudadano como un deber cívico y la mayoría de las personas le prestará apoyo si se ve en una emergencia; recuerde que esto es recíproco y se espera que usted también apoye a los demás si es que hay alguna situación que lo amerite. Si usted se niega a involucrarse podría ser acusado de “negación de ayuda” (Verweigerung der Hilfeleistung en alemán).

Suiza suele ser un país tolerante respecto a las minorías, ya sean étnicas, sexuales o de cualquier tipo. La discriminación hacia las mujeres es casi inexistente y no hay ningún problema para que ellas puedan viajar solas. La homosexualidad es legal desde 1942 y existe poca discriminación hacia minorías sexuales, aunque la aceptación varía bastante entre las grandes ciudades (como Zúrich o Ginebra, con una vibrante comunidad LGBT) y las localidades pequeñas del interior, donde el tema es invisible o imperceptible. Aunque Suiza se caracterizó por años como un espacio de tolerancia para los perseguidos y refugiados, el aumento en el número de inmigrantes en las últimas décadas (principalmente de la ex Yugoslavia, Portugal y Turquía) ha comenzado a generar algo de xenofobia y es posible que personas que puedan ser caracterizadas como inmigrantes sufran algún tipo de discriminación, pero usualmente menor a lo que podría vivir en otros países cercanos.

No debe preocuparse por comer o beber algo en Suiza; todo producto tiene una serie de medidas sanitarias que hacen muy difícil que algo pueda enfermarlo. Es común encontrar pilones y fuentes de agua en la vía pública que vienen de épocas medievales y, a menos que diga expresamente que está prohibido, puede beber de ellas con naturalidad. El mayor peligro está cuando se aventure en zonas alejadas y usualmente escarpadas. Revise con anticipación el pronóstico metereológico y consulte con las autoridades si existe alguna alerta en dichas zonas.

Respetar

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La trompa alpina, uno de los símbolos culturales suizos.
  • Suiza es un país multicultural y sus habitantes se sienten orgullosos tanto de su país como de su particular cultura local. No minimice las diferencias lingüísticas: un suizo no es un alemán ni un francés y un ítaloparlante en el Tesino no se sentirá cómodo si asumen de buenas a primeras que habla alemán. Intente comunicarse inicialmente en el idioma local, aunque sea sólo un ¡Buenos días!; los suizos están acostumbrados a buscar un idioma en que ambos se sientan cómodos asi que no tenga miedo de que no pueda comunicarse. Tampoco asuma que la vida rural es menos valiosa que una en las ciudades; muchos suizos adoran la tranquilidad de la vida en un pequeño pueblo, con sus tradiciones centenarias y un trabajo sencillo.
  • Las reglas están por algo y deben respetarse, especialmente respecto al tránsito y las señales de precaución. Cruzar una calle en luz roja o andar a exceso de velocidad puede significar una cuantiosa multa, además del riesgo que genera a usted mismo y a los demás. Muchas señales de «Prohibido nadar» en calmos lagos o ríos son ignoradas por muchos turistas, sin saber que existe la posibilidad de descarga de aguas desde las centrales hidroeléctricas situadas más arriba del cauce.
  • Sea puntual. Los suizos no perfeccionaron el arte de la relojería por nada. Y, además, no tiene la excusa de que el tren se demoró...