Mirador del cañón del río Leza

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El sendero arranca casi enfrente del albergue, saliendo del pueblo.

El Mirador del cañón del río Leza o Mirador del Torrejón es un emplazamiento situado en un saliente natural de una de las paredes de dicho cañon, acondicionado para que el público contemple el paisaje. Permite observar tanto el relieve físico de la garganta como la flora y fauna del lugar.

Ubicación

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Acceso al mirador desde la carretera.

El mirador se encuentra situado junto a la carretera LR-250 que, procedente de Logroño, discurre a lo largo del valle del río Leza. Viniendo en automóvil desde Logroño, Villamediana de Iregua y Ribafrecha, se encuentra situado entre las localidades de Leza de Río Leza y Soto en Cameros —dentro de cuyo término municipal se encuentra— poco después de dejar a un lado el desvío que conduce a Trevijano y situado en el lado izquierdo de la vía. Si venimos del vecino valle del Iregua a través de la carretera que une ambos valles por Muro en Cameros, lo encontraremos en el lado derecho de la carretera, poco después de atravesar Soto. Se puede acceder directamente en el vehículo dado existe una zona de aparcamiento con capacidad para unos doce automóviles. No obstante, es mucho más aconsejable utilizar el sendero que accede hasta el mirador y que nace en Soto en Cameros, ya que el paseo permite contemplar mejor el paisaje y las abundantes aves rapaces que viven en la zona.

El sendero

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Vista del cañón desde el sendero

El sendero es de muy fácil recorrido, aunque conviene tener vigilados a los niños pequeños para evitar caídas. Existen paneles interpretativos que nos ofrecen información útil y conviene leer. Nos llevará unas dos horas ir y volver hasta el mirador, y no hay grandes desniveles. No hay riesgo de extraviarse porque el sendero está perfectamente trazado.

Comienza a la salida de Soto en Cameros en dirección a Logroño. Su inicio es una zona ajardinada situada junto a la carretera donde encontraremos un primer panel informativo. Cuando concluye, seguimos junto a la LR-250 por unos metros, pero pronto desciende con suavidad y se aleja de ella. El sendero sigue el trazado de una antigua carretera y no ofrece dificultad. Tiene unos dos metros de anchura, lo que lo hace cómodo y seguro. Dispone de algunos bancos que permiten descansar y contemplar el paisaje. Se aconseja respetarlos pues van en beneficio de todos. También existen dos mesas redondas de piedra con sus correspondientes asientos que permiten tomar un refrigerio cuando el tiempo acompaña; conviene no acapararlas cuando haya más personas que las puedan utilizar. Junto a la segunda de estas mesas, existe un pequeño cobertizo cerrado por tres lados que nos puede guarecer de una imprevista lluvia o protegernos del viento excesivo mientras hacemos un alto.

Al llegar al mirador encontraremos varios paneles informativos que nos ayudarán a apreciar mejor el entorno. La zona está convenientemente protegida con vallas de madera para evitar accidentes.

El cañón

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El vuelo del buitre leonado es una de las imágenes más características del cañón

El río Leza discurre por la reserva de la biosfera de los valles del Jubera, Leza, Cidacos y Alhama y está encuadrado en la Red Natura 2000. Avanza por la comarca del Camero Viejo y al llegar al tramo que discurre entre Soto en Cameros y Leza de Río Leza origina un desfiladero de unos seis kilómetros de largo, entre cincuenta y cien metros de anchura y un desnivel de setecientos metros en las zonas más elevadas. En la zona del mirador la caída es de unos quinientos metros.

La garganta está originada por la erosión causada por el propio río. Su lecho se ha ido profundizando debido a la acción conjunta del agua y los sedimentos que arrastra. De esta forma, a lo largo de miles de años ha ido esculpiendo la roca. A veces su labor es sencilla cuando encuentra materiales blandos como arcillas o yesos; otras veces es más dificultosa al toparse con rocas calizas de mayor dureza. En ellas abre fisuras en forma de congostos. Los grandes cortados de roca caliza, sedimentada hace unos 110 ó 120 millones de años presentan desniveles de casi doscientos metros y abruptas vertientes.

El quejigo es uno de los árboles de la zona

A pesar de la inclinación de sus paredes, incluso las zonas más aparentemente lisas tienen oquedades o fisuras en las que se fijan helechos, musgos y líquenes. La presencia de estos últimos es un buen indicador de la pureza del aire de la zona, ya que son muy sensibles a la contaminación.

Las vertientes del cañón no tienen una vegetación abundante. Predominan el boj y la coscoja. En cuanto a los árboles propiamente dichos, hay algunos quejigos en Soto y Trevijano, carrascales, arces de Montpellier un par de hayedos al norte y repoblaciones de pino laricio.

El cañón se encuentra en una zona de especial protección para las aves (ZEPA). La inaccesibilidad de los altos roquedos les presta protección frente a los depredadores terrestres, las corrientes ascendentes de aire caliente permiten a las aves planeadoras tanto emprender el vuelo como mantenerlo y las altas peñas ofrecen excelentes miradores para otear el paisaje.

El alimoche es una de las rapaces que habitan el cañón por temporadas

El ave más emblemática de la zona y a la que es fácil divisar es el buitre leonado (Gyps fulvus). Es una gran rapaz planeadora y carroñera que puede alcanzar hasta tres metros de envergadura, y hay en la zona una importante colonia de más de cincuenta parejas. En temporada se pueden divisar también los blancos alimoches (Neophron percnopterus). Otras rapaces que habitan el cañón son el águila real (Aquila chrysaetos), el águila culebrera (Circaetus gallicus) y el cernícalo (Falco tinnunculus). Entre las rapaces nocturnas, se encuentra el cárabo (Strix aluco). También hay aviones roqueros (Ptyonoprogne rupestris), roqueros solitarios (Monticola solitarius), roqueros rojos (Monticola saxatilis), colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros), cuervos (Corvus corax), chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax), abejarucos (Merops apiaster) y otras aves.

Es frecuente que podamos ver aves volando cerca de nosotros, lo que nos permite apreciar sus características y, particularmente su plumaje. De todas formas, no es mala idea llevar unos prismáticos para realizar una mejor observación.

Mucho más difíciles de ver son los mamíferos. Entre ellos destaca el jabalí (Sus scrofa). También hay garduñas (Martes foina), hurones (Mustela putorius furo) y nutrias (Lutra lutra). Entre los reptiles, destaca la presencia de la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus). Ocasionalmente se pueden ver ejemplares de un verde intenso y considerable tamaño (hasta dos metros) cruzando la carretera. A pesar de su imponente aspecto, son inofensivas para el hombre.

Actividades complementarias

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Por su elevado emplazamiento, Trevijano domina gran parte del cañón.

Si nos sobra tiempo, podemos acercarnos o regresar (según el caso) a Soto y visitar el pueblo. Un recorrido corto que nos permite ver gran parte del pueblo es el sendero de la Fuente de los caños. Si deseamos pernoctar para conocer mejor el valle, disponemos de un albergue juvenil en el pueblo. También se puede visitar el pintoresco pueblo de Trevijano, ubicado en un alto que domina el cañón y ofrece una excelente vista. Allí hay una casa rural que también puede ofrecer alojamiento. Sin salir del término municipal de Soto disponemos de otros senderos de recorrido algo más largo que podemos recorrer al día siguiente.

Podemos comer en el mismo albergue o en el restaurante situado en el próximo pueblo de Terroba.

Véase también

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Enlaces externos

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