El Camino del Cid es un itinerario turístico cultural que sigue las huellas de Rodrigo Díaz de Vivar utilizando como guía de viaje el Cantar de mío Cid, uno de los grandes poemas épicos medievales de la literatura universal. El Camino atraviesa, mediante rutas que se van uniendo unas con otras, ocho provincias españolas: Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante y puede recorrerse andando, por carreteras secundarias en bicicleta cicloturista, en coche o moto o por senderos en bicicletas de montaña (BTT). Estos últimos usuarios siguen las rutas senderistas señalizadas excepto en los tramos más técnicos donde se desvían por variantes BTT.
El Camino del Cid está dividido en una serie de recorridos temáticos de diversa longitud que funcionan como rutas autónomas y ofrecen al viajero diferentes opciones turísticas según días de estancia y época del año.
Las rutas que conforman el Camino del Cid son las siguientes:
Argumento: Este recorrido sigue los primeros días del destierro del Cid narrados en el Cantar, aunque también incluye otros pasajes del poema, como la Afrenta de Corpes, ocurrido con posterioridad a la conquista de Valencia. El Cid, desterrado, sale de Vivar con sesenta caballeros y la orden real de abandonar Castilla en nueve días, plazo que el Cid utilizará para dejar a sus hijas y a su mujer en el monasterio de San Pedro de Cardeña, pertrecharse y reforzar su reducido grupo de fieles. Ya en la provincia de Soria pasa por Alcubilla del Marqués, que marca el fin de la Castilla colonizada, y vadea el río Duero cerca de Navapalos para adentrarse en un extenso territorio fronterizo bajo control castellano. Para no ser descubierto por los vigías musulmanes, el Cid cruza la frontera entre Castilla y la taifa de Toledo por la Sierra de Pela durante la noche del noveno día. La ruta del Destierro finaliza en la villa histórica de Atienza, ya en territorio musulmán.
Argumento: Desterrado por el rey Alfonso VI, el Cid abandona Castilla y entra de noche, para no ser descubierto, en los territorios de la antigua taifa de Toledo. Este tramo comienza en Atienza, por entonces un puesto de avanzada musulmán y según el Cantar una peña “muy fuerte”, y prosigue hacia el Henares, donde el Cid comienza a imponer su ley para conseguir el sustento de su gente a través del cobro de parias, las algaras, las tomas de poblados y las batallas. La ruta prosigue por lugares que entonces delimitaban zonas fronterizas, y siguieron siéndolo durante siglos, primero entre los reinos cristianos y musulmanes, como Medinaceli, y posteriormente entre los reinos de Castilla y de Aragón. El tramo termina en Alcocer, hoy un despoblado situado en el término municipal de Ateca, donde tuvo lugar una de las batallas más feroces relatadas en el Cantar, y que enfrentó al Cid con un ejército musulmán.
Argumento: La organización y autonomía del ejército del Cid le permiten moverse sin dificultades entre las fronteras de los distintos reinos musulmanes. Tres taifas muy diferentes entre sí -Toledo, Zaragoza, y Albarracín-, sirven de escenario al paso del Cid literario y sus hombres. El camino se inicia en Ateca, en cuyo territorio tuvo lugar la batalla de Alcocer, en la que el Cid, tras sufrir un duro asedio, consiguió vencer a un ejército musulmán venido de Valencia. Esta victoria, según los versos del Cantar, dejaría paso libre al Cid para imponer su ley por los diversos caminos y poblaciones de estas taifas. Cuatro son los hitos fundamentales del Cantar en este tramo: El Poyo del Cid, en Teruel, donde el Cid reforzó una fortificación romana para convertirla en su centro de operaciones en los territorios turolenses y zaragozanos; Molina de Aragón, en Guadalajara, señorío gobernado por Avengalbón, un musulmán aliado del Cid; Albarracín, en Teruel, lugar de paso para las huestes del Cid en su tránsito entre Castilla y el Mediterráneo, y Cella, localidad turolense donde, según el Cantar, el Cid decidió reunir a todos aquellos hombres que quisieran acompañarle a conquistar la ciudad de Valencia.
Argumento: Este itinerario comienza en Cella, el lugar que el Cid elige, según el Cantar, para reunir a quienes quieran ayudarle a conquistar Valencia, y sigue sus huellas por las numerosas localidades de la actual Comunidad Valenciana tributarias del Cid o conquistadas según el Cantar por el Campeador (Almenara, Sagunt, Jérica, Onda...). Este recorrido de localidades musulmanas tiene un solo destino, la ciudad de Valencia, que el Cid tomó tras un duro asedio.
Argumento: La defensa del sur es un recorrido por una importante línea estratégica defensiva durante la Edad Media. En este recorrido, en el que la historia y la literatura se entrecruzan, sigue los pasos del Cid narrados en el Cantar en su intento por afianzar su presencia en este territorio y, tras su conquista, salvaguardar la ciudad de los ataques almorávides. Esta ruta, que recorre importantes hitos cidianos como Xátiva, Villena o Elche, termina en Orihuela el punto más al Sur hasta el cual llegó la influencia del Cid.
Argumento: Este ramal recuerda la algarada o ataque rápido de Álvar Fáñez. Según el Cantar, mientras el Cid tomaba Castejón, su fiel lugarteniente, acompañado por doscientos caballeros, saqueó la ribera del Henares hasta llegar a las puertas de Alcalá de Henares, pasando por Hita y Guadalajara. A su vuelta retornó con “muchos ganados de ovejas y vacas” y otras “grandes ganancias” que sirvieron para abastecer a las tropas del Cid.
Argumento: Este pequeño anillo posee un gran interés medioambiental, muy especialmente en invierno, estación durante la cual las lagunas acogen una parada de grullas y otras aves migratorias, en su paso anual desde África al norte de Europa. Su epicentro se halla en Gallocanta, que para muchos estudiosos es el paraje de Alucad, uno de los campamentos de algaras del Cid citado en el Cantar.
Argumento: Este recorrido rememora las correrías del Cid por los territorios turolenses en busca de recursos con los que mantener a su hueste, en concreto por las localidades de Monforte de Moyuela, Huesa del Común y Montalbán. El anillo arranca pasado Luco de Jiloca para regresar a Calamocha, en la provincia de Teruel. El itinerario discurre a través de carreteras secundarias y tiene como hito principal la localidad de Montalbán, sede de la Encomienda Mayor de Santiago.
Argumento: Este anillo recorre la sierra del Maestrazgo y atraviesa poblaciones y enclaves de importancia medieval, algunas de las cuales estuvieron sometidas directamente o tributaron al Cid histórico. Tiene su epicentro en Onda. El anillo, con un claro sabor medieval, parte de la turolense Rubielos de Mora para entrar por Villafranca del Cid al Maestrazgo castellonense, hasta llegar a la ciudad de Onda, cuyos gobernantes musulmanes rindieron tributo al Cid, y desde allí regresar al camino principal por los parajes cortados de Montanejos, también tributaria del Campeador.
Argumento: Este anillo atraviesa parajes de sierra y tiene su epicentro en Morella, y en Olocau del Rey, el famoso nido del águila del Cid, el lugar en el que, según muchos estudiosos, el Cid emplazó una fortaleza desde donde controlar la zona. El viajero pasará por parajes recorridos históricamente por Rodrigo Díaz de Vivar, si bien en muchos casos la escasez de datos impide identificar con exactitud los lugares cidianos. Por sus recursos históricos, artísticos y paisajísticos, esta ruta, que tiene como epicentro la ciudad de Morella. posee un alto valor turístico.
Argumento: El Ramal de Castellón (en el que predominan los cultivos de naranjos y las playas) sigue la línea defensiva que el Cid creó a lo largo de la costa levantina para defender Valencia: Sagunto, Almenara, Burriana y Castellón son las plazas citadas en el Cantar.
Independientemente de la opción que escoja el viajero, las personas que recorran el Camino del Cid pueden solicitar el salvoconducto, la credencial que plasma el paso del viajero por las distintas localidades del Camino del Cid y el medio para obtener el documento acreditativo del Camino del Cid. Para conseguir dicho documento, es necesario estampar al menos cuatro sellos oficiales por provincia. Una vez conseguidos los 32 sellos los viajeros deberán mostrar el documento a alguna de las Oficinas de Turismo de la ruta y ellos actuarán como "notarios" del documento.
El salvoconducto se expide gratuitamente en la sede del Consorcio Camino del Cid y en otros puntos de la ruta, en su mayoría oficinas de turismo.
Recuerda al que se utilizaba en la Edad Media para asegurar el paso libre y seguro de viajeros y mercancías. Los puntos de sellado oficiales aparecen identificados con una corneja.
El salvoconducto se sella en 166 localidades de la ruta. Cada localidad posee un sello diferente. En general los puntos de sellado son oficinas de turismo aunque en ocasiones hay terceros tipos de establecimientos turísticos, como los alojamientos.
En el salvoconducto aparece una imagen de una corneja, pájaro que aparece citado en el Cantar de mío Cid. En su verso 11 dice "A la salida de Vivar tuvieron la corneja a la derecha". El vuelo de la corneja, dependiendo de su dirección, era tomado como un augurio.
Para los viajeros, como lo fue para el Cid, la corneja es símbolo de buena suerte en el caminar. Además se trata de un ave muy visible a lo largo de todo el recorrido.
A lo largo del Camino del Cid el viajero encontrará más de 1.300 alojamientos de diversas categorías. En aquellos municipios que carecen de alojamiento algunos ayuntamientos ceden a los viajeros un espacio de muy diversas características donde pasar la noche, por lo general muy sobrias pero que mitigan la falta de alojamientos en aquellos pueblos donde no existe oferta o que son zonas muy poco pobladas. Estos espacios se denominan Puntos de Acogida y son, en su mayoría, de carácter gratuito.