
Un viajero responsable es aquel que está consciente del entorno que lo rodea cuando visita un lugar, por lo que actúa en consecuencia para evitar y mitigar cualquier impacto negativo que pueda realizar durante su estadía. Esta forma de viajar va de la mano con las políticas del turismo sustentable, la ética animal, el respeto por la cultura del lugar y el apoyo a los productores e iniciativas locales. El objetivo es garantizar que el viajero tenga una experiencia placentera y que genere una impresión favorable en el lugar que visita.
Comprender
editarEl turismo responsable hace un llamado a cada turista a que se haga cargo de todas sus acciones durante un viaje. Esto abarca un escenario completo, desde el medio de transporte utilizado para llegar y desplazarse, como la conducta que se tiene frente a costumbres y tradiciones locales y regionales, el cuidado del medioambiente, como también los impactos económicos y culturales de cada lugar. Es fundamental tener en cuenta los aspectos culturales y el respeto por las formas de vida de las comunidades locales. Esto incluye valorar sus costumbres, creencias espirituales, lugares sagrados, los diferentes acentos, dialectos o idiomas, así como su gastronomía. Estos elementos son esenciales para una interacción respetuosa y efectiva. Un turista responsable se compromete a minimizar el impacto ambiental en los destinos que visita. Esto incluye la práctica del reciclaje, la correcta disposición de residuos, la conservación del agua y la protección de la flora y fauna locales. En entornos rurales, se debe encender fuego únicamente en áreas designadas y garantizar su adecuada extinción, contribuyendo así a la prevención de incendios forestales.
Bajo un punto de vista económico, contribuir con el consumo local, adquiriendo productos elaborados en la zona, como también prefiriendo empresas o prestadores de servicios locales, ayuda directamente en la economía del lugar que vamos a visitar.
Asuntos políticos
editarSe llevan a cabo importantes debates entre los viajeros sobre si el turismo en países que enfrentan desafíos en el ámbito de la democracia y los derechos civiles podría interpretarse como un respaldo implícito al sistema político vigente en esas naciones. En países donde la libertad de movimiento se encuentra restringida para sus ciudadanos, como en algunos regímenes autoritarios, algunos viajeros no se sienten cómodos al percibir una desigualdad en el trato por las autoridades locales entre el turista y el habitante local, sobre todo al percibir que desde las políticas públicas se realizan diferenciaciones entre "ciudadanos de primera y segunda clase". Una situación similar afecta a los turistas que defienden el feminismo y viajan a naciones con una perceptible desigualdad de género o que tienen una fuerte crítica por parte de la comunidad internacional en este asunto, así como a los viajeros LGBT y sus heteroaliados que visitan países donde la homosexualidad es penalizada. En última instancia, la decisión de viajar a estos lugares queda a criterio de cada viajero.
Sobreturismo
editarOtro aspecto importante a considerar es el sobrepoblamiento de un lugar debido a la alta concurrencia de turistas. El sobreturismo ha generado un impacto negativo y manifestaciones en contra por parte de habitantes locales, quienes argumentan verse directamente afectados por esta situación, por varias razones. Un viajero responsable debería evitar acudir, puesto que su sola presencia ya representa un conflicto y un impacto negativo al entorno local.
Instituto de Turismo Responsable
editarEl Instituto de Turismo Responsable (ITR) es una organización no gubernamental que fue gestada tras la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible celebrada en Lanzarote en 1995. Entre sus misiones se cuenta el promover la Carta Mundial de Turismo Sostenible.
Error en los parámetros de la plantilla.