El turismo de ayahuasca es un tipo de turismo que implica viajar con el objetivo de contratar una serie de servicios vínculados al uso no tradicional de la ayahuasca en un albergue —por lo general en la amazonía sudamericana— durante una estancia de corta duración. La ayahuasca es una bebida tradicional enteógena elaborada en base a dos plantas amazónicas y preparada por varias etnias amazónicas en Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Los turistas —que pueden ser tanto nacionales o extranjeros— viajan desde diferentes lugares a estos países e incluso a otros donde se pueden encontrar retiros como en Chile, España y México. Los servicios son brindados tanto por personas indígenas como por mestizas e incluso extranjeras.
Los viajeros que participan en este tipo de turismo están motivados a participar ya sea por curiosidad, buscando mejorar su salud o como parte de un camino de crecimiento espiritual.
Seguridad
editarHan fallecido personas durante las ceremonias de ayahuasca y de tabaco asociadas. Varios gobiernos advierten el peligro de participar en esta clase de experiencias a sus viajeros cuando viajan a Sudamérica. Asimismo, el consumo de ayahuasca está contraindicado para personas con ciertas condiciones psicológicas y fisiológicas previas. Dentro de este tipo de turismo, se dan también casos de abuso sexual de mujeres.
Críticas
editarEste tipo de turismo ha sido criticado desde varios lugares. Por un lado, se critica la extracción indiscriminada de especies de plantas amazónicas requeridas para la preparación. Asimismo, ya que no occidentales y no amazónicos ofician y participan estas ceremonias en donde se comparte la bebida, se ha argumentado que existe una apropiación cultural por parte de la industria turística de ayahuasca de estos rituales indígenas.
Cuestiones legales
editarUno de los alcaloides hallados en la bebida ayahuasca, la DMT (N,N-dimetiltriptamina), es una sustancia que se encuentra dentro de la Lista 1 de la Convención sobre sustancias psicotrópicas de las Naciones Unidas de 1971 y por lo tanto se encuentra fiscalizada en casi todos los países.
En países como Brasil, Colombia y Perú existe un marco regulatorio además de una larga tradición que permiten el uso legal de la bebida en ceremonias tradicionales.